La Caixa, que durante los últimos años lleva realizando una gran apuesta por la tecnología NFC, se ha decidido por dar una nueva vuelta de rosca a esta tecnología y aprovecharla para incrementar la seguridad de sus clientes.
La entidad va a sustituir más de 10 millones de tarjetas de crédito convencionales por otras tarjetas que llevan un chip RFID incorporado.
Estas tarjetas permiten que, cuando el usuario vaya a operar con el cajero automático, el cajero realice la lectura de la tarjeta de credito sin necesidad de introducirla en el mismo y solo sea necesario introducir el PIN.
Por lo tanto se consigue evitar las posibles copias de tarjetas por parte de los amigos de lo ajeno.